Al finalizar la Práctica Profesional II, comprendí que en mi futuro ejercicio de la docencia debo tomar en cuenta la forma en cómo debo enseñar y que la forma en cómo aprenden los alumnos también es importante, ya que cada uno tiene características, habilidades, destrezas y limitaciones diferentes, por lo que debo estar consciente de ellas para poder aplicar estrategias y actividades que les permitan desarrollar sus potencialidades.
Asimismo, en el Curso Propedéutico de Formación Docente, pude conocer los diferentes enfoques que puedo aplicar en la enseñanza, los roles que todo docente deben desempeñar, los proyectos PEIC y PA, la evaluación de los aprendizajes y las estrategias que puedo llevar a cabo para enseñar y facilitar el aprendizaje de los alumnos.
En el Curso Propedéutico, conocí nuevos enfoques como las órdenes del amor y la pedagogía del amor, lo que me llevó a entender que para educar no basta sólo saber la teoría, sino que deben existir relaciones armoniosas entre los alumnos y entre los alumnos y docentes, lo que permitirá que los estudiantes se sientan cómodos en un ambiente agradable donde exista afecto, comprensión y ayuda, lo que los motivará a querer aprender. También, conocí el Método Interacción – Constructiva- Investigativa, que permite que los alumnos formen grupos de trabajo, para investigar e interactuar y así construir sus propias ideas y conocimientos.
De igual forma, aprendí que para llevar a cabo los roles del docente debo conocer el PEIC de la escuela, y tratar de participar en el logro de sus objetivos y promover actividades que favorezcan los aspectos, educativos, sociales, culturales, organizativos y comunitarios, dentro del aula y en la escuela.
Esta experiencia me permitió confirmar mi deseo de ser docente, ya que a pesar de que se me presentaron algunos obstáculos y en un momento me sentí presionada por el tiempo, me di cuenta de que Dios no pone obstáculos que no podamos superar, y que debido a ese deseo pude culminar las prácticas de forma satisfactoria.
Igualmente, comprendí que debe existir amor en la educación, y que los docentes debemos reconocer y aceptar las diferentes características de los alumnos y sus sistemas familiares, además propiciar relaciones afectivas que promuevan el cariño, respeto, compañerismo e igualdad entre los alumnos, eso favorecería el proceso de enseñanza y aprendizaje, y así tener una educación de calidad.
Por esta experiencia debo agradecer a Dios por darme sabiduría y fortaleza, a mi familia por apoyarme en todo momento, a la Profesora Nelia González por guiarme en este proceso de pasantías, a la maestra Zuleima Lugo por su comprensión y apoyo, a los alumnos de 1ero B por permitirme enseñarles y aprender de ellos y a todos en la E.B.N. Amenodoro Urdaneta por su colaboración.
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